"Vamos a ser más altos y más sanos, nos dice Chomin" (todavía no me atrevo a llamarle Ananta). "Con la edad la columna se encorva", añade, "como es evidente en cualquier anciano necesitado de bastón". Pero esto es para toda la vida, así que moriremos más sanos y más alto, me dice mi lado escéptico; viviremos más sanos y más equilibrados, contesta mi lado creyente.
Hoy toca fisiología: Somos un conjunto de sistemas interrrelacionados. Puede funcionar uno y fallar otro. Como en casa: el sistema eléctrico, el de abastecimiento de agua, el de calefacción o el de desagüe... Digestivo (boca y ano en los extremos y todos esos tubos y ensanchamientos intermedios, circulatorio (corazón y red de distribución), muscular, etc, ...
"Pero todo está interrelacionado." Así que llegamos una vez más a la palabra mágica del yoga. Nuca suficientemente bien comentada, ejemplificada, valorada y adorada... EL EQUILIBRIO...
Así que a trabajarse el equibilibrio..." y comenzamos una serie de saludos al sol, que después serán continuados por estiramientos de espalda, flexiones sobre el abdomen para "trabajar" la parte intestinal tan olvidada en el día a día...
Conseguir el equilibrio es un trabajo de cada día para el resto de nuestra vida. ES...UN...TRABAJO. Se consigue con esfuerzo y dedicación.
Moriremos altos y saludables (ironiza mi yo escéptico)... Viviremos mejor cada minuto (replica mi yo creyente).
Adoro este dilema... Esta MENTIRA SAGRADA, dulce y dolorosa, que es la vida.
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